Principales riesgos laborales en la sanidad
En los centros sanitarios uno de los principales riesgos, o riesgos específicos, con los que nos encontramos tienen que ver con la posible transmisión de enfermedades infectocontagiosas como consecuencia de la exposición a diversos agentes biológicos. Es el caso de agentes como bacterias, virus etc.. y que se pueden transmitir por diferentes vías (aérea, sanguínea, por contacto directo con secreciones etc..).
Otros de los principales riesgos en el sector de la sanidad son los riesgos químicos, ya que los centros hospitalarios cuentan con un amplio abanico de sustancias químicas que incluyen desde los medicamentos, hasta agentes anestésicos inhalatorios, agentes esterilizantes, productos de limpieza y desinfección de materiales, humo quirúrgico al que se expone el personal de quirófano o productos químicos utilizados por el personal de mantenimiento (pinturas, barnices, pegamentos, etc..).
Existe un tipo de medicamentos, los llamados citostáticos que requieren un manejo en condiciones especiales, como es el caso de cabinas de seguridad biológica en la farmacia, transporte en contenedores adecuados y específicos… El personal en este caso tiene que seguir una serie de protocolos para dicho transporte y debe notificar cualquier incidente.
En lo que se refiere a los riesgos físicos, en este grupo se incluye la exposición a radiaciones, ya sean ionizantes o no ionizantes. En la prevención de riesgos laborales relacionada con este tipo de radiaciones hay que trabajar con los servicios de protección radiológica del hospital y determinar así las zonas de riesgo.
Los riesgos ergonómicos están asociados a lesiones músculo esqueléticas, lo que resulta ser, en el caso del personal sanitario, como la causa más frecuente de las enfermedades profesionales. Este tipo de lesiones se deben fundamentalmente a la manipulación de cargas, sobre todo la manipulación de pacientes, así como una inadecuada higiene postural –posturas forzadas, mantenidas durante mucho tiempo-.
Finalmente, destacaremos los riesgos psicosociales, y concretamente los relacionados con la organización y la gestión del trabajo que pueden ser lesivos para los profesionales y que en estos casos se traduce en estrés laboral. Es el caso del síndrome del Burnout, o síndrome del quemado, situaciones de violencia interna o externa (usuarios), acoso psicológico o mobbing.
Normativa sobre salud laboral en Sanidad
El marco legal de la Vigilancia de la Salud se contempla ya en nuestra Constitución Española donde, además de encomendar en su artículo 40.2 a los poderes públicos su misión de velar por la seguridad e higiene en el trabajo, reconoce en su artículo 43 el derecho de todos a la protección de la salud, atribuyendo a los poderes públicos la competencia de organizar y tutelar la salud pública a través de medidas preventivas y las prestaciones y servicios necesarios.
Dentro de la normativa sobre salud laboral en Sanidad nos encontramos con:
- Ley General de Sanidad 14/1986.
- Ley de Prevención de Riesgos Laborales 31/1995.
- Ley General de Salud Pública 33/2001.
- Ley de Calidad y Cohesión del Sistema Nacional de Salud del año 2003.
- Real Decreto Legislativo 5/2000.
- Reglamento de los Servicios de Prevención, R.D. 39/1997.
- Acuerdo de Criterios Básicos para la Actividad Sanitaria de los Servicios de Prevención.
También existen reglamentos específicos, en desarrollo de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales y el Reglamento de los Servicios de Prevención, que hacen referencia a la Vigilancia de la Salud de trabajadores expuestos a determinados riesgos.
Riesgos laborales específicos en la sanidad
Dentro de los riesgos laborales específicos en la sanidad nos encontramos con los riesgos de seguridad (caídas, resbalones y tropiezos), choques, golpes y atrapamientos, riesgos eléctricos, y riesgos de incendio.
En lo que se refiere a riesgos de higiene, ya hemos mencionado la exposición a contaminantes químicos, y contaminantes biológicos, así como el ruido, que es uno de los principales contaminantes en el medio laboral. Además está el ambiente luminoso, dado que la iluminación tiene una influencia significativa sobre el rendimiento, la salud y el bienestar psicológico.
También señalamos los riesgos laborales de ergonomía y psicosociología, entre los que se encuentran las condiciones ambientales, la carga de trabajo (carga física y carga mental).
Finalmente, se encuentran los riesgos psicosociales presentes en el sector, motivados por exigencias que pueden afectar y dañar a la salud. Es el caso de exigencias cuantitativas, exigencias cognitivas y/o emocionales.
Manual de buenas prácticas en Sanidad
La recogida de buenas prácticas en el Sistema Nacional de Salud se enmarca en los principios de la Ley de Calidad y Cohesión del citado sistema, del año 2003. En dicha ley, en el capítulo VI en el artículo 59 se establece la necesidad de crear un registro de buenas prácticas que recogerá información sobre aquellas prácticas que ofrezcan una innovación o una forma de prestar un servicio mejor a la actual.
Igualmente, en el artículo 42, relativo a la Evaluación de Competencias, se establece que la competencia profesional es la aptitud del profesional sanitario para integrar y aplicar los conocimientos, habilidades y actitudes a las buenas prácticas de su profesión.
En el III Programa en Salud 2014-2020, también se establece el objetivo de la Comisión Europea de promover la identificación de buenas prácticas entre los Estados miembros